UN MUNDO MARAVILLOSO

Cádiz, fundada por los fenicios ya en el siglo XII a. C., es la ciudad más antigua de Occidente. Un pueblo escantador, pintoresco y un importante legado histórico. No pensaba qué había playas tan preciosas, y a pesar de estar concentradas en escasos kilómetros, ¡tan diferentes entre sí! La Costa de la Luz, ofreciendo multitud de destinos que compaginan cultura y ocio, es una de las costas andaluzas más amadas y visitadas, no solo por los turistas sino también por  los españoles. No creía que en Cádiz hubiera tantos sitios atractivos y anclados en el pasado. Paseando por la ciudad y respirando del aire andaluz vale la pena admirar y deleitarse en una arquitectura espléndida. Además, no tenía ni idea de que había allí el Parque Nacional de Doñana, una joya de la naturaleza y utopía para quienes deseaban sentirse como en un paraíso. Tenía la idea de que Cádiz era una población ordinaria en la que no había nada para ver. Una exquisita cocina regional, monumentos bien conservados y paisajes inolvidables: todo esto me sorperendió mucho. De hecho, ahora ¡no puedo esperar para visitarla!

Otro lugar fascinantísimo es la capital de España.  Madrid cuya riqueza monumental y cultural es un gran atractivo para los visitantes, partenece a los destinos predilectos y más populares en ese país. Por una parte, las calles llenas de tabernas y excelentes restaurantes con platos sabrosos. Por otro lado, varias librerías de viejo o edificios con muchos siglos a cuestas: Madrid es una mezcla de modernidad y tradición. Había oído que el Museo del Prado, uno de los más famosos del mundo, ofrecía un montón de obras, pero no tenía ni idea de que lo fueran tan magníficas y asombrosas. ¡Una bendición para los sentidos! También pensaba que era una urbe peligrosa y con mucho ruído, pero al contrario: hay numerosas zonas verdes donde se puede aprovechar del aire puro, escuchar los sonidos de aves y gozar del contacto con la naturaleza.

Al final, Nueva York es una metrópoli extraordinaria y sorprendente que nunca duerme. Los sonidos de vehículos de emergencia, claxons de taxis, distintos lugares llenos de la gente hablando y riendo.. Toda la ciudad produce una gran impresión. Me habían dicho que era una urbe gris y asfaltada. Sin embargo, me extrañó que hubiera tantos parques gigantescos con diversas facilidades para practicar deporte. Además, esperaba poder encontrar más restaurantes baratos aunque con los platos de gran  calidad y variedad. Me decepcionó no descubrilos, ¡que' lástima! No obstante, Nueva York es excepcional. Me fascinan sus edificios altísimos desde los cuales se tiene la oportunidad para admirar el azul del cielo y toda la arquitectura moderna.